Se puede dividir en dos partes:
El sistema nervioso central (SNC) incluye cerebro y médula espinal
El sistema nervioso periférico (SNP) es el sistema nervioso que se encuentra fuera del cerebro y médula espinal
Las células nerviosas, llamadas neuronas, son las células que constituyen el tejido nervioso de lo cual está hecho el sistema nervioso. Trabajan a través de una combinación de actividades químicas y eléctricas, permitiendo la transmisión de señales en nuestro cuerpo.
Componentes sencillos para un funcionamiento complejo
El sistema nervioso periférico esta formado por millones de nervios, llamados nervios periféricos, unidos unos a otros (redes), a músculos o a receptores, a través de todo nuestro cuerpo.
Puedes imaginarlos como una serie de cables eléctricos o telefónicos que conectan a tu cerebro con el resto del cuerpo permitiendo la comunicación entre ellos.
Las fibras nerviosas son como cables que transmiten impulsos nerviosos en el cuerpo.
Estas fibras están cubiertas por una sustancia llamada mielina. La mielina protege a las fibras nerviosas y ayuda a que los mensajes viajen con mayor rapidez a través de las neuronas.
Los nervios siempre se encuentran trabajando y tienen diferentes direcciones, por ejemplo, cuando tocamos algo caliente, algunos nervios envían la información desde los dedos al cerebro (sistema nervioso central) para percibir la sensación de calor. Cuando el cerebro recibe la información elabora la orden de retirar los dedos. Otros nervios llevan este mensaje a los músculos de la mano. ¿El resultado? no nos quemamos. La dirección no es la única forma en que podemos clasificar a los nervios, su función específica también es importante. Cada grupo de nervios sabe exactamente que hacer:
Los nervios motores coordinan los movimientos voluntarios del cuerpo estimulando a los músculos.
Los nervios sensoriales reaccionan a los estímulo externos y nos permite sentir calor, frío y dolor;
Los nervios autónomos regulan las funciones involuntarias como los latidos del corazón, el sudor y la digestión e influyen en la actividad de los órganos internos.